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¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy vamos a estudiar un poquito de contabilidad analítica. Y aunque parece muy complejo, es tremendamente sencillo y creo que tener ciertas bases de contabilidad os va a venir bien a todos los que queráis montar un negocio.
En concreto, hablaremos sobre los tipos de costes que existen. Recordad que en contabilidad analítica hablaremos siempre de costes, no de gastos ni de pagos, que son conceptos diferentes.
Para hacerlo sencillo, un coste es todo aquello que nos cueste dinero, independientemente de cuándo se genere la obligación de pagar. Con esta breve explicación, creo que vais a poder seguir el episodio sin problemas. ¿Listos?
Qué son los costes fijos
De los primeros costes que vamos a hablar son los costes fijos. Creo que son los más sencillos de entender: un coste fijo es aquel en el que tendremos que incurrir independientemente del volumen de producción que alcancemos.
En cristiano. Imaginemos que vendemos mesas. Para fabricar mesas, necesitaremos de ciertos factores de producción, y algunos de ellos tendrán costes fijos. En especial, el alquiler de nuestro local y, si tenemos, el coste salarial de los empleados (seguridad social + salarios).
¿Qué ocurriría en nuestra fábrica si vendemos 0 unidades? Que el local y los sueldos los vamos a tener que pagar igual. ¿Y si vendemos un millón de mesas? Que ese local y esos sueldos los vamos a tener que pagar igual.
Como veis, este tipo de costes nos es muy beneficioso cuando tenemos volúmenes altos de ventas, mientras que cuando estamos empezando, todo lo que sean costes fijos hará que tengamos más dificultades.
Qué son los costes semifijos
Estos seguro que no los habéis escuchado tanto, ¿a que no? Pues es muy sencillo.
Los costes semifijos son aquellos que son fijos sólo en ciertos intervalos o tramos de actividad. Es decir, pagaremos siempre lo mismo mientras que estemos en un intervalo de producción, pero si pasamos ciertos límites nuestros costes darán un salto de repente, y nos encontraremos en otro tramo de costes.
Por ejemplo. Imaginad que nuestro proveedor logístico nos cobra una cuota fija cada mes que depende del volumen de pedidos que movamos, y que va por tramos. Es decir, que por ejemplo, pagaríamos 1.000€ por mover entre 300 y 500 paquetes, pero si nos pasamos de 500 entraríamos en la siguiente franja, que sería de 500 a 1000 paquetes, y que cuesta 2.000€, independientemente de que movamos 505 paquetes o 999.
Estos costes siguen siendo fijos si no nos movemos de nuestro tramo habitual de actividad, pero si nos movemos demasiado, nuestro coste se incrementa sustancialmente, para volver a ser fijo dentro de otro tramo.
No es tan complicado, ¿no?
Qué son los costes variables
Los costes variables son aquellos que fluctúan en función de nuestro volumen de producción. Es decir, más produces, más pagas. Simple.
Por ejemplo, en la fábrica de mesas, los costes variables más claros serían las materias primas. Si queremos fabricar más mesas, necesitamos más madera. Por lo tanto, a más producción, irremediablemente tendremos que incurrir en más costes.
Esto es algo beneficioso a corto plazo cuando estamos empezando, pero que cuando tenemos volúmenes grandes nos puede perjudicar mucho contablemente. Por ejemplo, un caso claro de esto en el mundo online es Shopify, que se lleva una comisión por cada venta que realices en su plataforma.
Cuando estás empezando y facturas poquito, no duele. Pero cuando mueves mucho dinero cada mes, las comisiones pueden llegar a ser muy altas.
Qué son los costes semivariables
¿Cómo que semivariables? ¿No es lo mismo que semifijos? Pues no.
Hemos dicho que los costes variables varían en función de la producción. Pues los semivariables son parecidos.
Son costes semivariables aquellos que tienen parte fija y parte variable. Por ejemplo, los suministros: la luz, el agua, etc. Normalmente este tipo de costes tiene una base fija mínima, por lo que si no utilizásemos el servicio, sólo pagaríamos esa base fija. Pero además de la base fija, tienen un componente variable, por lo que según utilicemos el servicio, pagaremos más por los costes variables.
Los semifijos eran fijos dentro de unos tramos, mientras que los semivariables siempre varían en función del uso, teniendo una base fija.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, y si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en www.laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
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