¡Muy buenas emprendedores! Como ya sabéis, yo me centro en ayudar a otras personas a que creen sus negocios digitales para trabajar desde casa. En el episodio de hoy veremos algo de lo que no se habla tanto, pero que es totalmente necesario cuando tenemos un negocio online y trabajamos desde casa. En este episodio veremos cómo compatibilizar nuestro negocio online con las tareas domésticas.
Apúntate a La Emprescuela y accede ahora a todos los cursos
Venga, que lo estás deseando. Da el salto y empieza a crear tu negocio digital.
Separa bien los espacios en casa
La regla de oro, y lo que hace que pueda trabajar en paz en casa, es tener espacios separados físicamente para el trabajo. Yo personalmente no soy capaz de trabajar de forma profesional en mi habitación o en el salón. Y si hay desorden, ya ni hablemos.
Voy a hacer mucho énfasis durante todo el episodio con esta regla: pon límites a tu vida personal y al trabajo. Cuando entras en tu zona de trabajo, que sea una zona lo más profesional posible. Cuando sales de tu zona de trabajo, que sea tu espacio personal, sin ver constantemente el ordenador, la pantalla, la impresora o lo que utilices para trabajar.
Esto es la base para poder compatibilizar dos espacios para cosas tan diferentes como trabajar y “vivir”. ¿Verdad que si tuviésemos una oficina o un local, no tendríamos una cama llena de ropa para planchar? Pues esto es lo mismo.
Reserva una habitación entera para hacerte la oficina. Y si no puedes, porque no tienes espacio, reserva una parte de una habitación para montar la oficina, y sepárala físicamente. Pon un biombo, un cristal, una cortina o cualquier cosa que te permita entrar en modo trabajo cuando te sientas en tu escritorio.
Pon un horario de trabajo
Esto, que parece una obviedad, es extremadamente necesario cuando trabajamos desde casa en nuestro propio negocio. Al montar nosotros el negocio, somos nosotros quienes tenemos que poner los límites. ¿Y qué pasa cuando no hay límites? Pues que no tenemos las cosas claras.
Si no tienes un horario de trabajo, nunca vas a saber cuándo vas a poder desconectar de forma “oficial”, y poder dedicar cierto tiempo a ir al gimnasio, a quedar con gente o a ir a comprar. Porque siempre va a poder llamar un cliente, y sin un horario de trabajo, le vas a querer atender. Porque si no, te vas a sentir mal, y vas a creer que “tienes que hacerlo”.
Pon un horario de trabajo, y si llama un cliente fuera del horario de trabajo, que se espere. No cojas el teléfono, ni respondas los emails, fuera de tu horario de trabajo. Tienes derecho a tener una vida, y como no hagas esto, no la vas a tener.
Si trabajases por cuenta ajena y te llamase un cliente o tu jefe cuando estás en el gimnasio, o comprando, ¿cogerías el teléfono? Yo al menos, no. Pues con tu negocio, lo mismo.
Y ahora dirás: ¿y qué tiene que ver todo esto con las tareas domésticas? Pues que, al menos a mí, sin un horario de trabajo me parece muy complicado saber qué parte de mi día puedo destinar a limpiar, a comprar o a hacer trámites. Para poder hacer el siguiente punto, necesitamos primero tener claro este.
Pon un horario doméstico
Cuando tengas tu horario de trabajo claro, ponte un horario doméstico. De forma general, ¿cuándo vas a ir a comprar? ¿cuándo vas a cocinar? ¿cuándo vas a ir al gimnasio? Ponte unas franjas horarias en las que sepas que nadie te puede molestar, para dedicarle tanto a tu casa, como a cualquier otra cosa que pueda surgir.
Por poner un ejemplo, hoy, 2021, mi horario es el siguiente:
De lunes a jueves:
- Me levanto a las 09:00
- Desayuno y, cuando me toca, me voy a entrenar.
- Cuando vuelvo, recojo un poco la casa y me ducho.
- Aproximadamente, dedico entre 1 y 2 horas antes de comer a revisar el email, mirar el banco, grabar el podcast y hacer tareas varias del trabajo.
- De 14:00 a 16:00 es mi horario de comer y de descanso
- De 16:00 a 21:00 sigo trabajando
- A las 21:00 ceno y, si no he ido a entrenar, me ducho y me dedico a leer o a ver alguna serie hasta que me acueste
Los viernes:
- Me levanto a las 09:00
- Desayuno y recojo un poco la casa
- Hasta las 14:00, grabo el podcast y tengo sesiones con clientes
- De 16:00 a 20:00, trabajo y voy a clase de japonés
Los sábados:
- Me levanto a las 09:00
- Desayuno y recojo un poco la casa
- Hasta las 14:00, trabajo y voy a clase de japonés
Quizás cuando estés escuchando esto ya lo haya cambiado, pero en el momento de grabar este episodio, es mi horario.
Delega al máximo las tareas domésticas rutinarias
Algo que hemos aprendido sobre la marcha y que nos ha venido genial, es delegar tareas domésticas. Al igual que en la empresa de vez en cuando delegamos ciertas cosas, hacerlo en tu vida personal está genial.
Las tareas domésticas que hemos dejado de hacer tanto (porque sí que las seguimos haciendo, pero en menor medida), son:
- Cocinar: es lo que menos me gusta, y no por el hecho de cocinar en sí, sino por manchar. Odio el desorden y manchar las cosas, y cuando lo tengo todo limpio, no me gusta volver a ensuciarlo cada día para tener que, cada día, volver a dejarlo como estaba. Es una pérdida de tiempo impresionante. Lo que hacemos es, de vez en cuando, comprar comida preparada en una tienda de catering que tenemos cerca de casa. Es comida 100% casera (y está muy buena), y nos evitamos tener que cocinar y limpiar constantemente (para la cena sí que cocinamos). De vez en cuando también comemos fuera de casa, los menús diarios de los restaurantes son bastante económicos.
- Limpiar: aunque limpiamos todos los días, hay ciertas tareas en concreto para las que tenemos ayuda. Para ser exactos, la plancha. No me importa tener que barrer, ordenar y fregar todos los días, ni poner lavadoras, lavavajillas o cualquier cosa. Pero planchar, al menos a mí, me pone muy nervioso. Para ello, podéis contratar a alguien que venga unas horas cada semana a casa, y que se encargue de las tareas que más os cuestan.
Antes de ir al siguiente apartado, quiero mencionar una cosa que también hacemos y que me parece muy práctica: comprar ropa que no haga falta planchar. Para ciertos eventos, como por ejemplo, ir al gimnasio o ir a comprar, no necesitamos ir en traje. Basta con un pantalón de deporte y una camiseta básica. Hay ciertas prendas que están diseñadas para no arrugarse, y que simplemente guardándolas correctamente, te ahorras una buena parte de la plancha.
Esto último para muchos parecerá una tontería, pero no os imagináis la de tiempo que se ahorra simplemente rebajando la carga de tareas. En lugar de tener que dedicar mucho tiempo, en este caso a planchar, si eliminas esa necesidad, ahorras tiempo sin tener que ni siquiera delegar.
Ojo, no digo que no planchéis ni que no planchemos nada nunca. Sólo que una forma de tener más tiempo, es liberar esa carga de trabajo extra. Esto lo podéis aplicar a lo que queráis.
Divide las tareas domésticas
Por último, pero no menos importante, si vivís varias personas en la misma casa, tenéis que dividir las tareas. Algo muy útil, en lugar de asignar ciertos tiempos o ciertos días a cada persona, es asignar responsabilidades a cada persona.
Por ejemplo, yo por norma general, soy quien se encarga de cocinar. Quizás a mí no se me dan tan bien otras tareas, por lo que en lugar de hacer todos de todo, es mejor que a cada uno se le asigne una o varias cosas, y que siempre sean los mismos los encargados de cocinar, de limpiar el baño, de planchar, etc.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, y si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en www.laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
Apúntate a La Emprescuela y accede ahora a todos los cursos
Venga, que lo estás deseando. Da el salto y empieza a crear tu negocio digital.
Deja una respuesta