¡Muy buenas emprendedores! En el episodio de hoy vamos a hablar sobre si es mejor emprender en solitario o emprender acompañado, es decir, con socios. Esto, dependiendo del tipo de negocio que queramos montar, será una decisión muy pero que muy importante que deberemos tomar antes de empezar. Vamos a ver en qué casos podemos emprender en solitario, y qué podemos hacer para emprender con socios.
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Emprender en solitario
Emprender como un empresario individual, sin socios, sin duda es la opción más fácil de ejecutar (que no siempre la mejor, ojo). Y no digo que trabajar sólo sea ni mejor ni más fácil que trabajar en equipo. Digo que es más fácil de implementar, ya que no dependemos de otras personas para montar nuestro negocio ni para tomar las decisiones.
Emprender en solitario consiste en montar absolutamente todas las partes de la empresa por nosotros mismos. Podríamos tener ayuda, por supuesto, pero en este caso sería ayuda externa (agencias o profesionales) o personas que estén en nuestra plantilla. Pero nadie a nuestro mismo nivel, sin socios.
Tiene sentido emprender en solitario cuando nuestra idea de negocio es sencilla de ejecutar y, sobre todo, depende de nuestros conocimientos o habilidades. A menudo, este tipo de emprendedores suelen vender servicios o infoproductos (aunque también podríamos montar en solitario una tienda de producto físico, por supuesto). Pero dado la complejidad del mundo físico, la mayoría suele empezar por vender intangibles.
En este caso, el emprendedor lo que suele hacer es vender su tiempo y sus conocimientos. Normalmente son profesionales (abogados, psicólogos, profesores, fisioterapeutas, etc) y cuando escalan el negocio lo suelen hacer directamente contratando gente y delegando lo que empezaron haciendo ellos mismos.
El emprendedor es el 100% de la empresa, al menos al principio, y se tendrá que encargar de ejecutar y de gestionar.
Ahora bien, no tiene tanto sentido emprender este tipo de negocios basándonos en los conocimientos o habilidades de otros (a no ser que tengamos mucho dinero). Básicamente, porque estaremos en una situación de dependencia constante. Para montar este tipo de negocios, hay que buscar una idea que sea barata de implementar, rentable y que esté alineada con nuestro DAFO.
En resumen, es una buena opción emprender en solitario cuando hemos decidido que queremos emprender y contamos con unos conocimientos que podemos monetizar a través de una idea de negocio rentable y con inversión inicial mínima.
Emprender con socios
Esta es la opción difícil. Y digo difícil porque al meter más factores en la ecuación, más complejo es sacar la solución. Si metemos más personas, poner de acuerdo a todo el equipo y llegar a un objetivo costará más, aunque si lo hacemos bien, llegaremos infinitamente más lejos, aunque tardemos un poco más.
Vamos a ver algunos puntos clave para emprender con socios.
Cuándo emprender con socios
Al contrario de lo que hablábamos para emprender en solitario, emprender con socios es una buena idea cuando nuestra idea de negocio es más compleja de implementar, y además por nosotros mismos no somos capaces de ejecutarla directamente.
Puede darse el caso de que lo que necesitemos sea un socio capitalista (necesitamos dinero para la inversión inicial y los gastos corrientes) o un socio trabajador (necesitamos las habilidades de otra persona, pero no podemos pagarle). Sea cual sea, la empresa no será nuestra al 100%, por lo que ni decidiremos el 100%, ni nos quedaremos con el 100% de los beneficios.
En este tipo de casos, emprender con socios es la mejor opción, ya que podremos hacer realidad la idea de negocio sin tener que contratar a alguien que trabaje con nosotros.
Por ejemplo, si quisiésemos montar una start-up para crear una app, necesitaríamos un equipo. Hay determinados proyectos que, por su complejidad, son prácticamente inviables para una sóla persona (un videojuego, crear una red social, un videoclub online, etc). En este tipo de casos, buscaos un socio.
Cómo elegir el equipo inicial
Esto es un punto clave, y aquí es donde la fastidian muchos emprendedores. En el equipo inicial. No vale juntarse con los 3 amigos de la Universidad, porque hablando en la cafetería se os haya ocurrido la app del siglo. Normalmente eso no funciona. Yo lo que le recomendaría a cualquier emprendedor que quiera montar una empresa digital, es que se busque un equipo de 3 personas, con los siguientes roles:
- Alguien de empresa: una persona que tenga formación económica, que sepa de contabilidad, de dirección de empresas, de organización, de gestión. Si estamos montando una empresa, la tendrá que dirigir alguien que sepa de empresas.
- Un técnico: hoy en día, este rol es imprescindible. Para cualquier tipo de negocio, se necesitará crear una página web, quizás incluso una app. Necesitaremos una persona que haga de técnico.
- Un vendedor: ¿para qué montamos los negocios? Para ganar dinero. Y para ganar dinero hay que vender. Y normalmente ni el señor que haga de gestor ni el técnico sabrán vender. Por lo que deberíamos tener un tercer rol que sepa vender. Que tenga contactos, que tenga mucha labia, esa persona que conoce a todo el mundo.
Además, normalmente uno de los tres es el soñador, el que visualiza más la idea de negocio. A veces esta visión se comparte entre todos los socios, pero no siempre. Es muy importante que, si no todos, haya alguien que constantemente esté visualizando el objetivo, que se le ocurran las ideas.
Cuando estaba en la universidad, un profesor dijo que para montar un negocio sólo se necesitan 3 personas: un soñador, un vendedor y un contable. No le faltaba razón.
Para el resto de funciones, podremos ir apoyándonos en personas externas, o contratar gente. Por ejemplo diseñadores, ilustradores, gestores, consultores, abogados, etc.
Lo que sí recomendaría, es que se inicie la empresa con el equipo mínimo viable. Con el mínimo número de personas posible. Que luego vienen las complicaciones.
El organigrama de la empresa
Una vez decidamos los 3 (o más) roles que vayamos a utilizar, hay que organizar la empresa. ¿Qué funciones tendría cada uno? ¿Quién se va a encargar de dirigir? ¿Quién tiene la última palabra en el diseño del producto? Para ello, haced un organigrama, definiendo muy bien las funciones de cada miembro y dando poderes claros a cada uno. Vamos a ver algunas claves:
- Tiene que haber un CEO: en todas las empresas hay un líder. No vale el “aquí lo decidimos todo entre todos”. No. Tiene que haber uno que dirija. Que programe las reuniones. Que ponga, mida y valore los objetivos. Que anime a los demás a seguir y les empuje.
- Establece funciones claras: un error muy típico en este tipo de cosas es que no se dice de forma precisa qué funciones hará cada persona. Cada miembro debería tener unas responsabilidades y un “área de mando”, donde sea la máxima autoridad. Por ejemplo, la palabra del técnico debería ser más importante en el código de la app que la del vendedor. Cada uno tiene que tener un poder y unas responsabilidades concretas y detalladas.
El pacto de socios
Por último, antes de terminar, es muy importante que se haga un pacto de socios. Incluso antes de empezar legalmente y de montar una sociedad, de hacer los estatutos y todas estas cosas, para empezar simplemente a trabajar en común, en diseñar la idea, hacer la web, etc. se debería hacer un pacto de socios.
Esto no tiene una validez legal como tal, pero quedará por escrito entre los socios qué es lo que se quiere montar, a dónde se quiere llegar y las responsabilidades de cada miembro del equipo. Sirve para unir al equipo y conseguir tener una visión común (que creedme, es muy difícil). Aquí podéis poner el organigrama, si hay que aportar dinero o no, quién será el líder, y todo lo que hemos estado hablando antes.
Así, cuando uno tenga que poner la última palabra y decidir algo, no habrá discusión. Todos han aceptado el orden de la empresa por escrito.
Espero que te haya gustado este capítulo del podcast, y si es así, no olvides darle me gusta, suscribirte al podcast, compartirlo, y por supuesto, pasarte por La Emprescuela en laemprescuela.com. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
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